Los contratos son una forma de protegerse y de prevenir cualquier malentendido o movida en el futuro.
Y hay que redactar el contrato y firmarlo antes de comenzar la relación profesional, aunque sea con un colega al que le vamos a hacer la producción gratis.
Imagina que ese artista, o no te paga, o teníais apalabrados unos Royalties, y nunca te los da.
Intentas hablar con el artista, no te contesta o te da largas, y empiezas a desesperarte sin saber qué hacer. Incluso le amenazas sin tener muy claro como cumplir esas amenazas.
Esa desesperación te lleva a buscar un abogado (yo no estoy para eso 😝), que por asesorarte y llevarte en caso, te va a cobrar más de lo que te debe el artista.
Así que tú y tu frustración os quedáis tal cual. Cagándote en todo, sin poder hacer nada. Y diciendo que todo es una mierda.
Además de ver cómo acreditas ahora que esa producción la hiciste tú, y que acordasteis esas condiciones.
Bien, no todos los artistas son así, ni te tiene porque pasar esto, pero la manera de poder evitarlo es mediante un contrato.
Pero, lo primero que tienes que tener en cuenta, es cómo funcionan los derechos de propiedad intelectual (Sí, los que llamamos de autor, pero también hay más). Para entender de lo que te hablo, ve al módulo de básicos legales – Derechos.